Las Casualidades de los mellizos y el micrófono desaparecido

Nuestra compañera Claudia Mejias de 6º B de EPO nos trae un cuento que ha escrito y que quería compartir con todos vosotros. Esperamos que os guste:

 

Las Casualidades de los mellizos y el micrófono desaparecido

 --¿Qué pasa muchacho?— Dijo José Luis, uno de los que preparaba las actuaciones.

 --Que no tengo micrófono— Dijo Lucas mirando el palo que sostenía el micrófono.

  --¿Qué es lo que ha pasado, José Luis?— Dijo Salvador, el jefe de los ayudantes, es un amigo de Jorge.

  --Que al chiquillo le falta su micrófono— Dijo José Luis explicando la situación a su jefe.

  --Vale, y ¿quién era el que ha puesto los micrófonos?— Preguntó el jefe.

  José Luis dijo mirando a uno de los extremos del escenario:

  --Es Joshua el que los ha puesto.

  --¡¡JOSHUAAAA!!— Dijo el jefe enfadado.

  --¿Sí, señor?— Dijo Joshua asustado.

  --¿Por qué no le has puesto micrófono al niño?— Preguntó el jefe en medio del escenario.

  --N n no n no no, sé qu que qu que ha ha pa pasado— Dijo Joshua tartamudeando, del miedo que tenía.

  --Señor, no le riña, yo he visto que ha puesto el micrófono— Dijo José Luis.

  El jefe harto dijo:

  --Entonces, ¿Qué ha pasa…

  --¡Cállense ya y dejen que los niños actúen!—Dijo Carmen, la madre de los mellis 2, que estaba entre el público

  --¡Eso! tráiganle ya un micrófono y luego lo resuelven— Dijo otra persona entre el público.

  El jefe y los demás se fueron, y Joshua, le puso un micro. Después de la actuación, se reunieron todos en el pasillo donde estaba el ascensor, para tener silencio y poder hablar del caso.

  --Seguro que ha sido Pedro— Dijo Julia furiosa.

  --Viene en busca de venganza— Dijo Jose convencido.

  --Chicos, chicos, escuchadme, el director le dijo a Pedro que le prohibía venir, no creo que este aquí— Dijo Simón.

  -- Ya, pero quién va a saber que Pedro está por aquí— Dijo Carla.

  --Mirad,  cuando el director dice algo por las malas, que son muy pocas veces, cumple lo dicho, y no os lo quería decir, pero el director le ha dicho a Juanpe, el portero del cole, que no deje entrar a Pedro Montero— Aclaró Simón.

  --Hola, ¿Qué hacéis aquí?— Dijo Luis que acaba de subir por el ascensor.

  --¿Y tú?— Dijo Lucas desconfiado.

  --Nada, os estaba buscando, cómo Pedro no puede venir, y nadie quiere estar conmigo, quería preguntaros si a vosotros os importa— Dijo  Luis.

  --No, no nos importa, puedes quedarte— Dijo Julia.

  Y ya estando con Luis podían sacar información y volverlo bueno para que se aleje de la mala influencia de Pedro.

  --Oye, Luis, ¿Puedes contarnos, por qué te fuiste con Pedro?, estabas bien con nosotros, pero de repente nos traicionaste y te fuiste con él— Preguntó Lucas.

  --No sé, en ese momento, me cansaba de ser el bueno y me apeteció irme con él, pero ahora estoy aquí con vosotros, porque quiero preguntaros una cosa, ¿Volveríais a acogerme en vuestro grupo?— Dijo Luis con demasiadas ilusiones.

  --Luis, todavía hay un hueco en cada uno de nuestros corazones, ese hueco  eres tú— Dijo Daniela— pero, después de lo que nos hiciste, no podemos acogerte así por las buenas, podemos estar contigo y ser más o menos “amigos”, pero no.

  --Está bien, es que ya me he cansado de Pedro— Se excusó Luis.

  --Luis, no puedes cansarte de cada vez, si tienes un amigo, tienes que serle fiel, no puedes dejarlo, irte con otro amigo, y al mes, ya estas suplicándole que vuelva a ser tu amigo— Dijo Carla.

  --¡Luis! ¡Luis! ¡¿Dónde estás?!— Gritó una mujer por el pasillo que hacía esquina con el pasillo dónde estaban ellos sentados.

  --Creo que es tu madre, Luis— Dijo Simón.

  --¡Estoy aquí Mamá! Adiós chicos, me voy a casa.

  --Adiós— Dijeron los demás.

  --¿Ya se va? Pero si son las ocho de la tarde— Dijo Carla.

  Cuando Luis se fue, Jose dijo:

  --¿No os parece raro? Porque a mí, sí.

  --Yo creo, que simplemente es un chico raro que cambia de opinión constantemente— Dijo Julia.

  --Encima los defiendes, Julia— Dijo Simón.

  --No, no los defiendo simplemente doy mi opinión— Se defendió Julia.

  --Pues más te vale, porque los dos son unos traidores— Dijo Jose.

  --Escucha, ¡La próxima vez que tú te metas con Pedro y Luis te enteras!— Dijo Julia poniéndose en pie.

  --Si los vas a defender vete— Dijo Carla.

  --Tenéis razón, no sé por qué he dicho eso, lo juro— Dijo Julia un poco confundida por la situación.

  --¿Quizás, te da  pena que insulten a las demás personas?— Dijo Lucas evitando problemas.

  Los chicos volvieron a casa y olvidaron lo que dijo Julia.

  El domingo se pusieron de acuerdo, en que Lucas le escribiría a Pedro para que quedasen los dos solos en la cancha de baloncesto, era Lucas el que tenía que hacerlo, porque era el que se tomaba las cosas con tranquilidad y porque tenía que ver con el caso.

  Y efectivamente, el domingo, estaban allí Lucas y Pedro, en la cancha de baloncesto a las 12:00 del mediodía.

  --¿Qué quieres?— Dijo Pedro mirando hacia atrás.

  --¿Tú tuviste que ver con el micrófono de nuestra actuación?— Preguntó Lucas.

  --¿De qué  micrófono me estás hablando, Lucas?— Preguntó Pedro.

  --Escúchame, Pedro, sólo quiero que me  digas si tuviste algo que ver con el micrófono que desapareció en la actuación del challenge talent de ayer— Dijo Lucas.

  --No, no he tenido nada que ver— Dijo Pedro.

  --¿Seguro, qué no buscabas venganza?— Dijo Lucas con tranquilidad, para no alterar a Pedro, ni acabar gritando, cómo hubiera acabado alguno de sus amigos si estuviera hablando con Pedro.

  Pedro extrañado dijo:

  --No.

  Lucas, le comentó una cosa a Pedro, para  ganárselo un poco más y le dijo:

  --Oye, Pedro, ¿sabías que Luis, si fue a la fiesta aunque tú no fueras, no?

  --¿EN SERIO? Pero si le dije que no fuera, y él me dijo que no iba a ir, él estaba conmigo en mi casa, y me dijo que iba a ir a comprar y después, me puso un mensaje diciendo que se había ido a casa porque se había hecho tarde— Dijo Pedro decepcionado.

  --Pues nada, era eso, gracias por venir— Dijo Lucas.

  --Bueno, adiós— Dijo Pedro triste y cabizbajo.

  --Adiós— Dijo Lucas.

  Cuando se fueron, Lucas se fue a casa de Simón y Julia, para contarles todo a sus amigos, y efectivamente ahí estaban los cinco amigos, esperando ansiosos por saber.

  --¿Qué te ha dicho?— Dijo Julia impaciente. 

  --Le he preguntado si tuvo algo que ver con el micrófono desaparecido, y obviamente me dijo que no, y le dije que si estaba seguro de que no quería venganza, y  me dijo que no, pero luego, le dije que Luis, si había ido a la fiesta aunque él no, y se quedó un poco decepcionado, porque me dijo, que le había dicho a Luis, que no fuera, y dice que se quedó con él en su casa, pero que de pronto le dijo que iba a ir a comprar, entonces, tiempo después le llegó un mensaje de Luis, que decía que se había ido a casa porque se había hecho tarde— Explicó Lucas a sus amigos.

  --Es raro, ¿Y si en verdad Luis no tiene nada que ver, y es bueno de verdad?— Dijo Jose.

  --Se me ocurre una idea— Dijo Simón— Podemos ver los mensajes en el móvil de Pedro para ver si Luis le mandó el mensaje  a Pedro a las 20:00pm.

   Y exactamente fueron a ver a Pedro, y con permiso le miraron los mensajes en el chat con Luis, y justamente a las 20:00 pm Luis le había mandado un mensaje a Pedro diciendo que se iba a ir a casa porque se había hecho tarde.

  --Muchas gracias, Pedro— Dijo Lucas, que parecía que cada vez Lucas le caía mejor a Pedro.

   Y cuando volvieron a reunirse, Julia dijo:

  --Vale ya es seguro que no fueron ninguno de los dos.

  --O también puede que eso lo hayan preparado para lo mismo, ya sabéis que son listos cunado quieren— Dijo Daniela.

  --Tengo un plan— Dijo Jose— Podemos llamar a Luis y decirle que se reúna con Pedro y le pregunte sobre el caso, mientras nosotros estamos escondidos en unos arbustos, y si Pedro le dice a Luis algo extraño, los hemos pillado, si no, habrá que seguir investigando.

  --Eres un genio Jose— Dijo Lucas enseñándole una sonrisa a Jose.

  Y exactamente así fue, llamaron a  Luis, y a Pedro y se fueron, Luis y los seis niños de Las Casualidades de los mellizos, se fueron en bici a la cancha, Luis se quedó esperando a que llegara Pedro, y los otros se escondieron en unos arbustos cercanos para escuchar.

  Luis le preguntó a Pedro.

   --¿Pedro, tú tuviste algo que ver con lo del micrófono?

   --Pues claro que sí, Luis, te dije que lo cogieras y te lo quedaras tú, o ¿Es que ya no te acuerdas?

  --¡JA! ¡Lo sabía!— Gritó Jose saliendo de los arbustos y seguidamente los demás.

  --¡¿Pero QUÉ?! ¿Qué hacen ellos aquí?— Dijo  Pedro asustado.

  --Pedro, te voy a decir una cosa, yo no robé el micro, no sé quién fue, pero yo no— Dijo Luis.

  --Sí venga, y quien entonces, si lo supieras nos lo habrías dicho— Dijo Jose.

  --¡Sois los dos unos traidores, sois tontos, estúpidos, y muchas cosas más pero me llevaría aquí todo el día!— Dijo Jose.

  --Jose tranquilízate— Dijo Lucas.

  --¡No, no me voy a tranquilizar,  es que no los AGUANTO!— Gritó Jose.

  --¡Ya está bien! No fue Luis, fui yo— Dijo Julia— yo estaba arriba, y mientras el telón estaba cerrado, y os estabais preparando yo te quité el micro. Les escuché hablando sobre eso, y cómo sabía que Luis no iba a hacerlo, lo hice yo.

   --¡JULIA! ¿Cómo te atreves?— Dijo Simón casi llorando por lo que había hecho su hermana.

   --A ver Julia, ¿Por qué lo hiciste?—Dijo Lucas, poniéndole la mano sobre el hombro tranquilamente.

   --Porque nunca me dejáis resolver los misterios, y entonces, decidí ayudarlos a ellos— Dijo Julia sintiendo la tranquilidad que le transmitía Lucas.

   --Por eso los defendió cuando estábamos en el pasillo del ascensor del  cole— Observó Daniela.

   --Una cosa es que no te dejemos, y otra, que no aportes nada,  no nos ayudes y nada más que dices algo, o te quedas callada, y ahora encima defendiéndoles y ayudándoles a ellos— Dijo Simón disgustado por la actitud de su hermana.

   --Simón tiene razón, pero dejar de discutir, todos cometemos errores, no hace falta que le grites así a Julia, Simón, pero Julia, está muy mal lo que nos has  hecho— Dijo Lucas resolviendo los problemas.

   --Ahora me arrepiento de hacerlo, chicos, ¿Me dais otra oportunidad?— Dijo Julia.       

   --Claro, pero entonces, eso significa que Luis es bueno de verdad— Dijo Lucas.

   --¿Me aceptáis entonces en vuestro equipo?— Preguntó Luis.

   --No, pero podemos vernos en el recreo— Dijo Jose.

   Se escucharon unos pasos, y alguien dijo:

    --¡EH! ¡¡¿Y MI BICI?!! 

Comentarios

Entradas populares