Las fresas. Reseña

Nuestra compañera Rosa nos trae una recomendación de un libro del célebre narrador francés Émile Zola:

Émile Zola nos traslada a una campiña francesa, en la que se encuentra en compañía de su amada Ninon, una muchacha idealizada llena de vivacidad, vitalidad y alegría. Para concretar, esta breve narración da indicio a un pícaro amor juvenil del que los personajes gozan despreocupadamente. De ambos sale esa frescura, que veremos luego reflejada en las fresas, equivalentes a un beso de Ninon. Las fresas son símbolo del vigor, el encanto y la belleza de ella. En este sentido, la corriente naturalista justifica los movimientos de los personajes, sus sensaciones, el paisaje bucólico que se sacia con personificación (la naturaleza muestra vida). El relato se desarrolla en un grandioso bosque, que a pesar de su amplitud, brinda privacidad al amor.

Los enamorados realizan una excursión por el campo, y se topan con unas freseras, pero no hay ni una sola fresa. De aquí surge el empeño de encontrar alguna, por lo que buscarán por doquier. Esto servirá de excusa para estar más cerca el uno del otro, para sentir piel con piel, el olor, el aliento del otro... Finalmente, aparece la fresa en cuestión. No sólo una realmente, sino una multitud de este fruto, recogidas en un pañuelo. Los amantes eligen un rincón a la sombra para desayunar y descansar; y allí, abandonan la sensualidad, se entregan el uno al otro, y en el proceso, sin querer aplastan toda su colecta.

 

 

Encontré este libro a raíz de la lectura de clásicos literarios, de corriente romántica y pertenecientes a los autores más destacados.

En definitiva, el estilo del lenguaje (lleno de personificación, metáfora, y otros recursos que se utilizan para enriquecerlo) y la impresión del paisaje nos remontan a un ambiente primaveral lleno de encanto. Pienso que es un relato atrevido, pues, la mujer es deseo y pasión, y las fresas son el camino hacia estos dos. Es una de esas narraciones en las que el amor y la frescura se necesitan. 

Recomiendo este libro a cualquier amante de la belleza de la literatura. No hace falta requisitos para no poder disfrutar de estaré breve relato, es fácil de comprender y, desgraciadamente, rápido de contar.

Rosa María Estapia Fernández 

2ºA BACH